La arquitectura es la escenografía de nuestras vidas. Forma parte de nosotros, de cada persona. Nos condiciona y nos interpela. Nos inspira y nos emociona. Refleja el mundo que nos rodea, la sociedad que estamos creando y, al mismo tiempo, proyecta escenarios alternativos.

La arquitectura es cultura, es patrimonio, a veces incluso arte. Pero por encima de todo, debe ser funcional. Debe aportar un servicio al conjunto de la sociedad para mejorar su calidad de vida. Realmente, ¿es así? ¿Qué hace que un edificio, un espacio, dé o sustraiga dignidad a las personas? ¿La arquitectura nos puede traer la felicidad? ¿Cómo ofrecer la mejor arquitectura y acercarla a la sociedad? 

A través del diálogo entre dos grandes arquitectos que han abierto camino, nos plantearemos estas cuestiones. Carme Pinós acaba de recibir el Premio Nacional de Arquitectura por su trayectoria y capacidad creadora. En 1991 fundó su propio estudio en un ámbito en el que las mujeres eran una excepción y, después de muchos obstáculos y mucha perseverancia, se ha convertido en una de nuestras arquitectas más reconocidas en todo el mundo. Tatiana Bilbao es la arquitecta mexicana más internacional. Lidera su estudio con el objetivo de integrar valores sociales, colaboración y enfoques de diseño sensibles en la obra arquitectónica.